Si el mundo es un alfajor, yo quiero el mundo entero.

Hoy un alfajómano llamado Fabien Colonel dejó este comentario en el posteo de los Havanna, que me pareció tan bueno e interesante que merece que todos lo lean ¡que lo disfruten!


Hola Lord Khyron y demás fanáticos alfajoreros!

Tengo un *GROSSO* problema con los alfajores Havanna. Específicamente con los de chocolate.

Me explico: soy chocolatero y dulcelechero de corazón. A pesar de ello, tengo que reconocer que los alfajores Havanna *BLANCOS* (de azúcar glass) son (para mí) superiores a los de chocolate. Por lo tanto, me siento como un *miserable traidor a la causa chocolatera*. ¿¿Por qué, oh Vishnu, este karma?? ¿A quién más le pasa?

Encuentro por otra parte particularmente insultante a mi honor de argentino y de alfajorero que en Argentina hayan marcas (p.e., los alfajores Jorgito, pero hay otras más) de alfajores que NO se esfuerzan en acercarse a la calidad de Havanna.

Señores y señoras de la competencia: ¡Pónganse las pilas, car***! ¡Basta de berretería! ¡Tienen que haber soluciones de recambio dignas para el caso (¡Dio$ no lo quiera!) que un misil disparado desde un submarino inglés destruya las fábricas de Havanna!

Dado los tradicionales vaivenes extremos de la economía argentina, tampoco podemos descartar que en un momento dado, un grupo extranjero (y encima, no latino, tipo Kraft Foods u otro) compre otra vez Havanna (por "chaucha y palito"); y que esta vez robe las recetas y el savoir-faire/know-how y comience a producirlos y exportarlos desde, p.e., Hong Kong ¡anatema! ¡a la hoguera con los p***s herejes!

Como soldado de la causa dulcelechera/alfajorera, he procurado convertir a mis amigos y conocidos franceses a tan deliciosos productos (hay algunas tiendas en París que los venden). Sin embargo, compruebo con tristeza que el hecho de no haberlos degustado desde niños hace que los adultos franceses encuentren los alfajores y el dulce de leche "demasiado dulces". ¡LPQLP!

Puede ser que ahí resida una de las claves del futuro Imperio Universal Galáctico Argentino: cuando, gracias a una discretísima y tenaz campaña de miles de niñeras y au-pairs argentinas, decenas de miles de niños y niñas extranjeros hayan probado tan exquisitos dulces y queden definitivamente convertidos; estos últimos, llegados a la edad adulta , si acaso ejercieran responsabilidades en el FMI, el BM, y cualquiera de los bancos y multinacionales que tan impune y alegremente le chupan el oro y la sangre a nuestro país, se rebelen y se pasen masivamente de nuestro lado (¡el Lado Claro de la Fuerza!). Imaginemos cientos de miles de hectolitros de dulce de leche corriendo por las venas de nuestros amos, cambiando sutilmente las conexiones synápticas, transmutando sus pensamientos y sus sentimientos hasta tal punto que, en vez de jodernos, no puedan más que sentirse irresistiblemente atraídos hacia lo nuestro...

Colonizarlos desde el interior de sus cuerpos a muy temprana edad constituye la garantía de la continuidad de la existencia de Argentina en general, y de los alfajores y dulce de leche en particular.

¡Viva el glorioso dulce de leche! ¡Vivan los alfajores! ¡Dulce de leche o muerte! ¡Alfajores o muerte!

Si el mundo es un alfajor, yo quiero el mundo entero.



Comentarios

Cimarrones dijo…
El mejor alfajore, que pasa por arriba, pisotea, aplasta y extermina al Havanna es CUALQUIERA DE LA LINEA Guolis. El Havanna es un recuerdo de los veraneos en Mar del Plata de la década de los 80's. Los Cachafaz encontraron la manera de hacerlos muy parecidos, pero si probás un "Intenso" de Guolis con su relleno de dulce de leche y dulce de frambuesa, tiras al carajo todas las otras marcas.